Sin miedo
- Patty Lamond
- 5 mar 2016
- 3 Min. de lectura

¿Cuál es la vida que merece la pena vivirse? Nuestra sensación de seguridad es increíblemente delicada y precisa, la seguridad es la cuestión más íntima del ser humano. Y no hablo de la intimidad entendida como el secreto del erotismo, los besos a escondidas, o la revelación de tus misterios. Lo verdaderamente íntimo del ser humano no puede compartirse con la saliva, no puede susurrarse, ni guardarse en una botella que arrojas al mar. Lo verdaderamete íntimo es la propiedad de tu vida. Es el alquiler de un espacio en este planeta que ni siqueira te pertenece, es tan sólo un péstamo. Esto no es negativo, todo lo contrario. La plena consciencia sobre esto y el verdadero valor de tu propia vida es lo mejor que podría pasarte nunca. ¿Qué nos hace sentir seguros, incluso protegidos? La libertad. La libertad de ser uno mismo en entornos de respeto, tolerancia y empatía.
La libre seguridad existe donde exista gente que dé el mismo valor que tú das a la vida. Si tienes la oportunidad de buscar esto, eres afortunado, no dudes en hacerlo. Hay mucho por compartir, por colaborar, por cooperar. Seguro que tienes algo que otra persona agradecería que compartieras, un pensamiento, una habilidad, una aventura, una alegría, un sueño,... ni siquiera tienes que ser bueno haciendo alguna cosa en concreto, porque ya cuentas con algo que te hace realmente distinto, y especial de modo único e irrepetible: tu corazón, tu esencia. El futuro del mundo está en las relaciones que establecemos con la gente, el cuidado de éstas y su relación con el medio. Las paredes pueden dar dignidad y asilo, la gente tiene el talento de poder amar y generar apoyo. Para eso es imprescindible tu círculo de amigos, y familiares, tanto como abrirse a nuevas amistades o propicios encuentros, que ayudan a abrir las mentes, a crear cosas nuevas, nuevos proyectos, nuevos retos. Rodéate de gente que piensa como tú, no porque os déis la razón mutuamente, sino porque así es como se genera la creación de espacios tolerantes donde las relaciones se basan en la libertad de ser. Es el mayor alivio y la mejor disposición para el diseño de espacios de relaciones humanas positivas. Esta seguridad de la que vengo hablando comprende no temer por cómo te sientas, no temer por tus posesiones, y no temer perderlas. Nada se pierde donde todo se encuentra. Esta seguridad es la libertad de ser de veras uno mismo. De habitar con sentido y no sólo limitarte a ocupar un espacio en este mundo. Si esto te parece una utopía, y la conoces, sabrás que la utopía sirve para caminar. Hay que vivir sin miedo, y esa seguridad no la vamos a encontrar viviendo de un modo inidividualista. Se quien genere uniones y encuentros de calidad, sin miedo. Deja de decir "no tengo tiempo". Todos tenemos exactamente el mismo. Somos responsables de lo que conversamos, de lo que vemos, de lo que no cambiamos, del tiempo que no invertimos en esa íntima felicidad. Es esa conmovedora sensación de poder estar tranquilo en tu oscuridad es la que hay que buscar. Tu luz también puede ser tu sombra, y nunca he dejado de hablar de bienestar. Qué bueno saber que nada malo puede pasar, si estás rodeado de las personas adecuadas, y hay muchas por conocer, esas que te potencian, que te dan calma. Compartamos la intimidad generando ambientes seguros. Provócate. Provócalo.
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