Home, sweet home
- Patty Lamond
- 27 abr 2018
- 4 Min. de lectura

No hay un único modo para ser feliz, lo que le funciona a unos no tiene porqué funcionarle a otros… hay millones de modos únicos en los que Ser (feliz). Confundimos moda y espiritualidad con demasiada frecuencia, y está bien si eso al final, nos aporta, y a pesar del lado positivo de una moda eco, bio, o de un trendy mindfulness, no olvidemos algo importante: hay que tener una intención, para con nosotros y para con la humanidad. Puedo practicar la humildad y el agradecimiento “de un estado Zen” y luego, por ejemplo, ser un estúpido arrogante que habla mal a un camarero. Seamos agradecidos y respetuosos sin reducirlo a un solo ámbito. El mindfulness y todo lo que puede traer consigo, no nos salva de las peores actitudes, a menos que mantengamos la atención y la intención. Es fundamental buscar una intención humilde que sea más grande que nuestro ego, y que nuestra necesidad individual de evadirnos del mundo que no queremos y que no nos atrevemos a cambiar, y dar más importancia a la actitud, (que es con la que creamos nuestro mundo real), y al sentido de comunidad, donde podamos confiar más los unos en los otros. Recuerdo hace unos años cuando soñaba con que al menos, el ser respetuoso y consciente se pusiese de moda… a ver si así, algo más humano giraba en el sentido de las “agujas de Gaia”, hoy puedo decir que de algún modo esa petición ha llegado, pero aún nos falta reconducirlo un poco mejor en algunos casos… Quizá algunos piensen… - ¿Bromeas? Después de haberme resistido a los pantalones de tiro por las rodillas, a las tobilleras de cuero y al tercer ojo, y haber, al fin, entrado “en el círculo OM”… pues compro camisetas de algodón ecológico, me he vuelto vegano, y hago el saludo al sol… ¿Qué más tengo que hacer ahora? -. Somos polvo de estrellas navegando por las aguas del mundo y de nuestros centros (cognitivo, emocional, sexual y espiritual), y resulta placentero entregarse a la nada, al vacío, aunque en realidad la finalidad de la meditación, por ejemplo, sea vaciar para crear, dejar ir para dejar entrar, y equilibrar lo revuelto; y aún con todo mientras navegamos no olvidemos establecer las coordenadas, para entonces sí, poder decir: "yo tripulo mi barco, con atención, con intención". No hagas algo sólo porque todos lo hacen; cada uno encuentra el modo en el cual iluminarse, siempre y cuando tengas el valor de buscarlo. No tiene porqué ser viajar, no tiene porqué ser hacerse un nómada digital, no tiene porqué ser hacer un retiro espiritual, o hacerse emprendedor, no tiene porqué ser necesariamente ninguna de estas cosas, o puede que sean todas, sin embargo, te diré un secreto de orden público: no te limites a ser un consumidor, CREA, al nivel que sea, crea, produce y comparte lo que te sirvió, también lo que te dio miedo, entre todos podemos mejorar la calidad de nuestros pensamientos, sentimientos, deseos y necesidades. Quiero insistir en algo: hay mil maneras de encontrarte, sólo tienes que poner atención, e intención en aquello que te resuena, aquello que crees que te habla a ti, sí a ti, o en aquello que dejas de dar importancia porque es tan extraordinario que te llamarían loco/a. Encuentra tus centros y aúnalos, encuentra tu intención, y aprende lo que viniste a aprender y/o a recordar. Escúchate, y no acalles esa voz, date el permiso, y escucha al mundo, escucha de veras. Nacemos solos y morimos solos, pero vivimos acompañados, continuamente; con mayor o menor intensidad pasamos tiempo con los demás, abramos las orejas corazón, y los ojos del alma. Todo el mundo quiere verse rodeado de belleza, sé tú también esa belleza para el mundo. - Pero, ¿Por qué es tan importante tener una intención? ¿No puedo hacer las cosas porque me sientan bien, sin más?- Por supuesto, faltaría más, larga vida a las cosas sin cosas o con cosas que nos hacen sentir bien y que respetan los límites y la libertad de los otros, y al mismo tiempo, larga vida a las intenciones, porque sin ellas no podemos curarnos de nada, ni a nosotros mismos ni al mundo. - ¿Curarme? Yo no estoy enfermo/a… - Bueno, es verdad que no tengo la potestad clínica que haría que creyeras casi a ojos cerrados que estar enfermo es dejarse vivir muriendo cada día un poquito sin evolucionar, pero sí siento el convencimiento absoluto de que siempre necesitamos sanar, un poquito, ya que estamos en continuo proceso de vida, de reconstrucción constante, de renacimientos, “de hasta nuncas” y de bienvenidas, y el estrés, la dependencia de la tecnología y la ansiedad, son una consecuencia directa y a veces tan poco visible, de situaciones que no están siendo bien resueltas, y como dice B. Villaseca, “uno no se cura con Prozac, se cura con autoconocimiento”. - ¿Conocerme? ¿Para qué?- Para tripular tu barco, para elegir compañía, para elegir escenario, y para crear, de entre los millones que existen, el único modo en el que tú puedes Ser (feliz).
Comments